Viernes, 3 Tevet, 5784
El 25 de Kislev del año 3622 desde la creación, los Macabeos liberaron el Santo Templo de Jerusalén, tras derrotar a los mucho más numerosos y poderosos ejércitos del rey greco-sirio Antíoco IV, quien había intentado por la fuerza desarraigar las creencias y prácticas del judaísmo del pueblo de Israel. Los victoriosos judíos repararon, limpiaron y re-dedicaron el Templo al servicio de Di-s. Pero todo el aceite del templo había sido impurificado por los invasores paganos; cuando los judíos quisieron encender la menorá (candelabro) del Templo, sólo encontraron una pequeña vasija de aceite de oliva ritualmente puro. Milagrosamente, la cantidad para un día ardió durante ocho días, hasta que se pudo obtener aceite nuevo y puro. En conmemoración los Sabios instituyeron la festividad de ocho días de Janucá, en la cual se encienden luminarias cada noche para recordar y publicitar el milagro.
El octavo día de Janucá es también conocido como Zot Janucá (literalmente "esto es Janucá"), por una frase clave en la lectura de la Torá especial de Janucá de este día (Números 7:54-8:4). Para una explicación más profunda de este nombre, vea el link "Luces Acumuladas" abajo.
En el calendario judío el día comienza al anochecer; por lo tanto, el ultimo encendido de las luces de Janucá se realice al anochecer que precede al octavo día de Janucá, cuando se encienden ocho luminarias (ver "Leyes y Costumbres" de ayer). La festividad de Janucá concluye al anochecer.
Sin embargo es costumbre encender luminarias durante el día también en las sinagogas, en lugares públicos y en reuniones que se realizan en honor de la festividad. Estos encendidos se realizan sin recitar las bendiciones, pues no constituyen la observancia de la mitzvá de encender de encender las luminarias de Janucá.
Otras costumbres de Janucá incluyen el agregado de Halel y Al HaNisim en las plegarias diarias, comer alimentos fritos en aceite y alimentos lácteos, jugar con el "dreidel" y dar regalos de dinero ("Janucá Guelt") a los niños