El pie, la parte más baja del cuerpo, representa el aspecto más sencillo de nuestra relación con D-os: la entrega a Su voluntad. En cuanto al aceite, el combustible para la luz, este representa la percepción intuitiva (en hebreo, jojmá), la facultad más sublime del intelecto. Así, sumergir los pies en aceite representa nuestro reconocimiento de la virtud de la pura sencillez por sobre el intelecto.
El hecho de que la tribu de Asher “gratificará a sus hermanos” proveyéndoles aceite de oliva indica que su actitud hacia nuestra relación con D-os tuvo influencia sobre las demás tribus. El profundo sentimiento de abnegación que la tribu de Asher inspira en nuestro interior nos permite superar los desafíos más difíciles para nuestra fe.1
Los que hoy leimos La Virtud de la Sencillez ¿concluiremos que los pies bañados en aceite de oliva no tienen mal olor? ¿A los judios no les huelen mal los pies? En este enotorno hay gente que huele muy mal y nadie se les acerca, solitarios se arriman al quicio de alguna puerta y en cuanto el dueño los ve, da aviso a la policia que los mueve a algun sitio de estancia publica. Los curas catolicos les ofrecen jabon pero creo que no lo aceptan.
De At Home with G-d copio estas ideas que me levantan el animo: la persona que realiza un mitzvah se asciende a sí misma y su entorno. Cuando una persona vive en un sukkah, su cuerpo entero está envuelto por la mitzvá: incluso los aspectos más mundanos de su vida se convierten en medios de conexión a Di-s.
El aceite de oliva se puede consagrar pero ¿serviría de algo para elevar la vida de alguien?
No lo sé.