Exactamente un año después del comienzo del Diluvio, la tierra estaba suficientemente seca para ser habitable. Pero Noé estaba renuente a dejar el arca, porque él y los animales habían vivido en paz y armonía dentro de ella. Noé sabía que una vez que los animales dejaran el arca, volverían a su comportamiento agresivo natural.
Aceptando el Desafío
וַיְדַבֵּר אֱלֹקִים אֶל נֹחַ לֵאמֹר: צֵא מִן הַתֵּבָה וגו': (בראשית ח:טו–טז)
Di-s le habló a Noé, diciendo: “¡Sal del arca!” Genesis 8:15-16

Como hemos visto “entrar al arca” es una metáfora de la necesidad de sumergirnos en el estudio de la Torá y la plegaria. Sin embargo, el verdadero propósito de entrar al arca es salir salir de ella. Di-s nos ordena, como le ordenó a Noé, que no nos quedemos en el ambiente espiritual protector del estudio de Torá y plegaria, sino que salgamos de él, que entremos al mundo, y lo transformemos en un hogar para Di-s.1