Los dos sueños de José parecen transmitir la misma idea. La razón de la aparente repetición es que simbolizan dos etapas distintas en la relación de cada generación con sus líderes.
Las gavillas de trigo están hechas de tallos individuales, que crecen separadamente uno del otro, cada uno en su propio canal. Unirlos en gavillas simboliza nuestra primera tarea en la vida: reunir todas nuestras capacidades y talentos y unificarlos en el trabajo de santidad. Una vez que nos hemos convertido en una “gavilla”, necesitamos buscar la guia y la inspiración de un “José”, un líder espiritual.
A medida que maduramos espiritualmente, alcanzamos un nivel más alto: habiéndonos elevado por encima de la conciencia mundana, recuperamos nuestra conciencia celestial original del alma y brillamos como una “estrella”. Pero aun en este nivel, no debemos confiarnos en nuestros propios logros por inspiración, porque esto puede llevar al estancamiento y la complacencia. Sino, que debemos continuar dirigiéndonos a nuestro “José”, es decir nuestro mentor espiritual, para más ideas e inspiración.1
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