A pesar de que Jacob ciertamente era consciente de sus muchos méritos, también fue capaz de ponerse por encima de la miopía humana natural y darse cuenta cuán infinitamente endeudados estamos todos con Di-s. Con esta perspectiva, Jacob asumió humildemente que sus méritos eran insuficientes para merecer la protección de Di-s. Por lo tanto, le pidió a Di-s que lo salve a él y su familia no debido a sus propios méritos - a pesar de que era realmente merecedor - sino por Su pura bondad.
Siguiendo el ejemplo de Jacob, siempre que le pedimos algo a Di-s, también debemos apelar solamente a Su bondad y compasión. Si pedimos asistencia basados en nuestros méritos (y todos poseemos ciertamente muchos méritos), la respuesta de Di-s estará limitada al alcance de nuestro merecimiento. Pero cuando humildemente dejamos de lado nuestros méritos, demostrando que nosotros, como Jacob, nos hemos elevado por encima de nuestra miopía natural, Di-s responderá con bendiciones que trascienden el orden natural.1
Únete a la charla