La misma ley que se aplica a un pozo (es decir un peligro hundido) se aplica a una barrera alzada u otro obstáculo (es decir un peligro evidente).
Espiritualmente, un pozo representa nuestra capacidad de recibir y una protuberancia nuestra capacidad de dar. Usadas apropiadamente, estas capacidades pueden ser benéficas; pero sin una supervisión apropiada, pueden causar daño. Si damos y recibimos al azar, no prestando atención a qué o cuánto estamos dando o recibiendo, o a quién estamos dando o de quién estamos recibiendo, nos convertiremos en un peligro para la sociedad. Pero si elegimos aceptar sólo influencias positivas y difundimos sólo positivismo a nuestro alrededor, nos convertiremos en una fuente de bendición para todos los que nos rodean.1
Escribe tu comentario