D-os también le enseñó a Moisés las leyes relativas a los daños causados por los animales o propiedad de una persona, incluyendo un pozo que alguien haya cavado en el dominio público.
Cuidado al Recibir; Cuidado al Dar
וְכִי יִפְתַּח אִישׁ בּוֹר אוֹ כִּי יִכְרֶה אִישׁ בֹּר . . . וְנָפַל שָׁמָּה שּׁוֹר אוֹ חֲמוֹר: בַּעַל הַבּוֹר יְשַׁלֵּם וגו': (שמות כא:לג–לד)
Si una persona descubre o cava un pozo ... y un buey o burro cae en él, aquel responsable por el pozo debe pagar [por el daño]. Exodo 21:33-34

La misma ley que se aplica a un pozo (es decir un peligro hundido) se aplica a una barrera alzada u otro obstáculo (es decir un peligro evidente).

Espiritualmente, un pozo representa nuestra capacidad de recibir y una protuberancia nuestra capacidad de dar. Usadas apropiadamente, estas capacidades pueden ser benéficas; pero sin una supervisión apropiada, pueden causar daño. Si damos y recibimos al azar, no prestando atención a qué o cuánto estamos dando o recibiendo, o a quién estamos dando o de quién estamos recibiendo, nos convertiremos en un peligro para la sociedad. Pero si elegimos aceptar sólo influencias positivas y difundimos sólo positivismo a nuestro alrededor, nos convertiremos en una fuente de bendición para todos los que nos rodean.1