La unidad del pueblo judío se reflejaba en las tres prendas principales del sumo sacerdote: Los nombres de las tribus que estaban grabadas en el Pectoral, apoyado en el corazón del sumo sacerdote, representaban a los justos entre nosotros. Los nombres de las tribus que estaban grabadas en las piedras del Efod, que cubría principalmente la espalda del sumo sacerdote, representan a los judíos anteriormente alejados que han regresado a la observancia judía. Las campanillas y granadas de la túnica representaban a aquellos judíos que aún están luchando con sus malas inclinaciones. Todos estos judíos deben estar representados cuando el sumo sacerdote entra al Santuario, porque debía invocar el mérito común a todo el pueblo.
Similarmente, cuando vemos a personas que necesitan un estímulo espiritual, debemos primero hacerlos conscientes de su valor inherente: que poseen un alma que es verdaderamente una parte de D-os. Al recibirlos de nuevo a la observancia judía, los ayudamos a reconectarse con su verdadero ser. Luego de esto, podemos ayudarlos a dejar cualquier negatividad que quede en sus vidas e incrementar su cumplimiento de actos de luz y bondad.1
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