D-os entonces renovó el pacto que forjó con el pueblo Judío en el Monte Sinaí, que había quedado nulo por el pecado del Becerro de Oro. Parte de este pacto fue la promesa de D-os de darle a los Judíos la Tierra de Israel, que en ese entonces estaba ocupada por las siete naciones Cananeas.
Purificando Pensamiento, Palabra y Acción
הִנְנִי גֹרֵשׁ מִפָּנֶיךָ אֶת הָאֱמֹרִי וְהַכְּנַעֲנִי וְהַחִתִּי וְהַפְּרִזִּי וְהַחִוִּי וְהַיְבוּסִי: (שמות לד:יא)
[D-os le ordenó a Moisés que le dijera al Pueblo Judío,] “Voy a expulsar ante ti a los Amorreos, los Cananeos, los Heteos, los Perezeos, los Heveos y los Jebuseos.” Éxodo 34:11

Sólo seis de las siete naciones cananeas están mencionadas aquí; los Guirgashitas faltan de la lista. Esto es debido a que las primeras seis naciones cananeas personificaban las seis emociones no rectificadas del alma animal, mientras que los Guirgashitas personificaban el instinto del alma animal de expresar esas emociones no rectificadas en el pensamiento, habla y acción. Cuando rectificamos las seis emociones de nuestra alma animal, no tenemos que preocuparnos de combatir cualquier impulso de expresarlas.

Pero hasta que no se complete este proceso, debemos controlar nuestras facultades de pensamiento, habla y acción para asegurar que sirvan sólo a propósitos santos y no a aquellos de las seis emociones no rectificadas de nuestra alma animal. Por lo tanto el siguiente versículo nos exhorta “cuidate de no hacer ningún pacto con los que habitan en la tierra a la que vas a ingresar, para que no sea una trampa contra ti.”1