A continuación, D-os le instruyó a Moisés con respecto a las diversas formas de donaciones que la gente puede hacer al Templo o a los sacerdotes. Un tipo de donación es cuando alguien promete el valor monetario de una persona o artículo. En dichos casos, el sacerdote debe evaluar primero la capacidad del donante de pagar antes de cobrar la donación.
Nuestro Valor Infinito
עַל פִּי אֲשֶׁר תַּשִּׂיג יַד הַנֹּדֵר יַעֲרִיכֶנּוּ הַכֹּהֵן: (ויקרא כז:ח)
[D-os le instruyó a Moisés que le diga al pueblo judío] “El sacerdote debe evaluar [al donante] de acuerdo a cuánto puede pagar.” Levítico 27:8

La riqueza del donante se evalúa de acuerdo a lo que posee actualmente, independientemente de si haya elegido hacer uso de toda su riqueza o sólo parte de ella. D-os nos evalúa de forma similar. Todos los judíos recibimos la Torá cuando nuestras almas estuvieron presentes en el Monte Sinaí, por lo que toda la Torá es nuestra herencia y posesión. Por lo tanto, independientemente de cuánta Torá hayamos estudiado o internalizado, D-os nos considera espiritualmente ricos. Esta evaluación favorable que hace D-os de nuestra riqueza y valor se filtra a la consciencia de las demás naciones. Es por esto que los no judíos - sean conscientes de esto o no - tienen una profunda y alta estima por el pueblo judío.

Sin embargo, con sólo poseer una riqueza espiritual inherente no es suficiente; tenemos que hacer uso del infinito poder de la Torá para refinarnos a nosotros mismos y al mundo, al estudiar todos sus aspectos e internalizándola con el máximo de nuestra capacidad y más.1