Espiritualmente, las siete naciones cananeas se corresponden con las siete emociones, mientras que las naciones de Edom, Amón y Moab —adyacentes a la Tierra de Canaán pero exteriores a ella— se corresponden con las tres facetas del intelecto. El hecho de que D-os nos ordenara conquistar las siete naciones cananeas pero nos prohibiera conquistar las otras tres antes del Futuro Mesiánico significa que hasta entonces podemos depurar por completo solamente nuestras emociones, no así nuestro intelecto.
La causa de esto es que el modo apropiado de rectificar algo es corrigiendo su fuente. Dado que nuestras emociones suelen ser gobernadas por nuestro intelecto, podemos hacer uso de este para “enseñarnos” a nosotros mismos qué amar y qué odiar.
Sin embargo, en la actualidad no existe un modo análogo de influir sobre nuestro intelecto. El intelecto está gobernado por aspectos profundamente ocultos de nuestras personalidades, más allá del alcance de la conciencia, y aún no disponemos por completo de las herramientas aptas para controlar este aspecto de nosotros.
Aun así, a medida que nos aproximamos a la Era Mesiánica y comienza a brillar la luz del futuro, podemos “degustar” el futuro a través del estudio en profundidad de las enseñanzas del jasidismo. Estas enseñanzas tocan los aspectos más elevados de nuestras almas; al estudiarlas, podemos comenzar a rectificar nuestro intelecto como también nuestras emociones.
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