A continuación, Moshé repasó junto al pueblo judío las leyes relativas al divorcio, las exenciones al servicio militar, la conducta apropiada al garantizar un préstamo, el secuestro, y la enfermedad de la piel conocida como tzaraát. Esta enfermedad afecta principalmente a personas culpables de haber hablado en forma inapropiada, como fue el caso de Miriam, hermana de Moshé, quien resultó afectada tras expresar su desaprobación acerca del divorcio entre su hermano y su esposa Tzipora.
El poder de las palabras
זָכוֹר אֵת אֲשֶׁר עָשָׂה ה' אֱלֹקֶיךָ לְמִרְיָם וגו': (דברים כד:ט)
[Dijo Moshé dijo al pueblo judío:] “Recuerda lo que D-os hizo a Miriam.” Deuteronomio 24:9

Es importante comprender que Miriam no mintió ni criticó a su hermano Moshé. Ella solo expresó desaprobación ante el comportamiento de su hermano sin haberle planteado primero la queja en privado. A pesar de ello, Miriam fue inmediatamente castigada por haber hablado en contra de Moshé.

Esto nos enseña cuán cuidadosos debemos ser cada vez que hablamos (o escribimos) sobre otras personas. Inclusive una conversación aparentemente inofensiva puede muy fácilmente transformarse en un chisme o calumnia. Siempre debemos tener el cuidado de hablar y escribir en forma constructiva. Si el comportamiento del otro nos parece inapropiado, debemos aclarar las cosas con él en privado y evitar a todos el sufrimiento que indefectiblemente resultará del malentendido.1