Es importante comprender que Miriam no mintió ni criticó a su hermano Moshé. Ella solo expresó desaprobación ante el comportamiento de su hermano sin haberle planteado primero la queja en privado. A pesar de ello, Miriam fue inmediatamente castigada por haber hablado en contra de Moshé.
Esto nos enseña cuán cuidadosos debemos ser cada vez que hablamos (o escribimos) sobre otras personas. Inclusive una conversación aparentemente inofensiva puede muy fácilmente transformarse en un chisme o calumnia. Siempre debemos tener el cuidado de hablar y escribir en forma constructiva. Si el comportamiento del otro nos parece inapropiado, debemos aclarar las cosas con él en privado y evitar a todos el sufrimiento que indefectiblemente resultará del malentendido.1
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