A pesar de que cavar pozos ciertamente servía para avanzar más la civilización donde fueran cavados, más importante era que ejemplificaban el mensaje de Isaac al mundo. A diferencia de llenar un pozo con agua traída de otro lugar, cavar un pozo revela una fuente ya existente de agua oculta debajo de capas de tierra. De esta forma, mientras que el mensaje de Abraham al mundo fue: “Permítanme revivirlos con el agua refrescante de la conciencia Divina”, el mensaje de Isaac fue: “Ahora que han sido revividos, busquen su fuente interna de agua. Quiten toda la tierra que entorpece su vida, y revelarán dentro de ustedes un manantial de percepción Divina. Esta conciencia saciará su sed espiritual durante toda su vida.”
El cavado de pozos de Isaac nos enseña que nuestros instantes de entendimiento o inspiración deben ser seguidos por un auto mejoramiento y refinamiento para que produzcan cambios duraderos.1
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