El hecho de que D-os le advirtiera al Faraón que sería castigado por desobedecer las demandas de Moisés significa que la puerta para el arrepentimiento estaba todavía abierta. Es verdad que D-os había hecho que el Faraón se pusiera terco, pero eso sólo significa que era difícil para él arrepentirse. Si el Faraón hubiera juntado la fortaleza interna para hacerle caso a su conciencia, podría haber dejado salir a los judíos y evitarse a sí mismo y a su país la ruina inminente.
Las lecciones para nosotros son las siguientes: Primero, no importa cuán alejados nos sintamos de D-os, incluso si parece que D-os nos ha cerrado la puerta, nada puede resistir nuestros esfuerzos sinceros de volver a Él. El alejamiento aparente existe únicamente para inspirarnos a evocar una resolución más profunda y poderosa.
Segundo, no importa cuán lejos otra persona parezca haberse alejado de D-os, nunca debemos perder la esperanza por él. Con verdadero amor y amistad, podemos alentarlo a corregir sus caminos, y con la ayuda de D-os volverá a su verdadero ser interior.1
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