La octava plaga fue un gran enjambre de langostas que diezmaron los grandes campos de granos de Egipto.
Nunca es Demasiado Tarde
כִּי אִם מָאֵן אַתָּה לְשַׁלֵּחַ אֶת עַמִּי הִנְנִי מֵבִיא מָחָר אַרְבֶּה בִּגְבֻלֶךָ: (שמות י:ד)
[Moisés le dijo al Faraón] “Pero si te rehusas a dejar salir a mi pueblo, mañana traeré langostas en tu territorio.” Exodo 10:4

El hecho de que D-os le advirtiera al Faraón que sería castigado por desobedecer las demandas de Moisés significa que la puerta para el arrepentimiento estaba todavía abierta. Es verdad que D-os había hecho que el Faraón se pusiera terco, pero eso sólo significa que era difícil para él arrepentirse. Si el Faraón hubiera juntado la fortaleza interna para hacerle caso a su conciencia, podría haber dejado salir a los judíos y evitarse a sí mismo y a su país la ruina inminente.

Las lecciones para nosotros son las siguientes: Primero, no importa cuán alejados nos sintamos de D-os, incluso si parece que D-os nos ha cerrado la puerta, nada puede resistir nuestros esfuerzos sinceros de volver a Él. El alejamiento aparente existe únicamente para inspirarnos a evocar una resolución más profunda y poderosa.

Segundo, no importa cuán lejos otra persona parezca haberse alejado de D-os, nunca debemos perder la esperanza por él. Con verdadero amor y amistad, podemos alentarlo a corregir sus caminos, y con la ayuda de D-os volverá a su verdadero ser interior.1