D-os sabía que el pueblo judío no se sentiría totalmente libre de las garras del Faraón mientras este permaneciera vivo, y que esta amenaza potencial les impediría recibir completamente la Torá. Por lo que D-os hizo que el Faraón se pusiera nuevamente terco, inspirándolo a perseguir a los judíos hasta la costa del Mar de Juncos (el Golfo de Suez). Al verlo aproximarse, los judíos entraron en pánico.
Abrazando los Desafíos Espirituales
וּפַרְעֹה הִקְרִיב וגו': (שמות יד:י)
El Faraón se acercó. Exodo 14:10

El Midrash ofrece otra interpretación: Al perseguirlos el Faraón llevó a los judíos más cerca de D-os, como lo evidencia su clamor hacia Él cuando vieron al ejército egipcio aproximarse. Es así que frecuentemente es la oposición la que despierta nuestras más profundas reservas de energía.

Cuando nos enfrentamos con un desafío, debemos verlo como una oportunidad para el crecimiento espiritual en vez de intentar evitarlo. El confort y la complacencia pueden hacer que perdamos de vista nuestras prioridades, debilitando nuestro sentido de urgencia en nuestra misión Divina. Las adversidades físicas o espirituales nos pueden sacudir de esta indiferencia, socavando nuestra seguridad y dándonos la oportunidad de avanzar en nuestra relación con D-os cuando nos abrirnos paso a través del obstáculo.1