Moisés intentó calmar a los judíos y comenzó a rezar a D-os para la salvación. Pero D-os le dijo a Moisés que no había necesidad de rezar; todo lo que era necesario era que él levante su bastón sobre el mar y este se partiría, permitiendo a los judíos pasar a través de él a salvo.
Provocando las Bendiciones de D-os
וְאַתָּה הָרֵם אֶת מַטְּךָ וּנְטֵה אֶת יָדְךָ עַל הַיָּם וגו': (שמות יד:טז)
[D-os le dijo a Moisés] “Toma tu bastón y levanta tu brazo sobre el mar.” Exodo 14:15

La partición del Mar de Juncos fue un evento milagroso y sobrenatural. Pero tenía que haber una acción natural que “encendiera” el milagro: D-os le ordenó al pueblo que siga adelante y a Moisés que levante su bastón sobre las aguas. D-os siempre requiere primero de algún acto humano y recién luego hace los milagros.

Esto es debido a que las cosas que ocurren sin nuestra participación no nos afectan verdaderamente. Sólo cuando hacemos algún esfuerzo apreciamos el milagro de D-os. Lo mismo se aplica a todas las áreas de la vida. Pedir las bendiciones de D-os no es suficiente; debemos hacer algún esfuerzo que pueda servir como conducto para la bendición.1