Siempre que estamos enfermos, D-os requiere de nosotros que busquemos la ayuda de un médico calificado y sigamos sus instrucciones. A la vez, D-os ha facultado a los médicos para curar al enfermo. Pero mientras que los médicos están sólo exhortados a curar a todo aquel que esté enfermo, están obligados a intentar salvar a alguien cuya vida está en peligro.
Así como hay enfermedades del cuerpo que tanto amenazan como no amenazan la vida, así es también con las “enfermedades” espirituales. Espiritualmente, una persona está en “peligro mortal” cuando su condición ha comenzado a afectar su capacidad o deseo de cumplir con los mandamientos de la Torá, dado que es a través del cumplimiento de los mandamientos que nuestra vitalidad espiritual nos llega.
Las reglas que se aplican a un médico físico también se aplican a un “médico” espiritual, es decir a cualquiera capaz de ayudar a alguien “enfermo” espiritualmente. Cuando alguien sufre de una “dolencia” espiritual menor, se nos exhorta a que ofrezcamos asistencia espiritual. Pero cuando alguien está en “peligro mortal” espiritual, es decir que está amenazado su cumplimiento de los mandamientos de D-os, estamos obligados a ofrecer asistencia, sin permitir que otras consideraciones se pongan en el camino.1
Únete a la charla