Durante la semana del 23 al 29 de Adar de 2449 Moisés instaló a Aarón y sus hijos como sacerdotes. En el octavo día, el 1ro. de Nisán, Aarón ofició por primera vez como sumo sacerdote y sus hijos como sacerdotes comunes. Durante los siete días de instalación, ningún fuego descendió del cielo para consumir los sacrificios. Recién cuando Aarón ofició, en el octavo día, ocurrió esta señal milagrosa de la aceptación de los sacrificios por parte de D-os.
Cuando Aarón es Superior a Moisés
וַיְהִי בַּיּוֹם הַשְּׁמִינִי קָרָא מֹשֶׁה לְאַהֲרֹן וּלְבָנָיו וגו': (ויקרא ט:א)
En el octavo día, Moisés llamó a Aarón y sus hijos. Levitico 9:1

Debido a las limitaciones de nuestras mentes humanas finitas, no podemos lograr la consciencia Divina máxima por nosotros mismos. Por lo tanto, D-os reveló Divinidad de una forma que podamos captar al darnos la Torá. Una vez que se logró esto, el próximo paso fue preparar al mundo para absorber la Divinidad que está inherente en la Torá, porque sin preparación de nuestra parte, la revelación Divina no puede ser absorbida en nuestro ser, y consecuentemente no podrá elevarnos de ninguna forma significativa o permanente.

D-os nos dio la Torá a través de Moisés, pero fue Aarón el que hizo que la sociedad fuera receptiva a la Divinidad inspirando a la gente a aspirar hacia una vida espiritual. Fue, entonces, Aarón quien completó el proceso de revelación Divina iniciado por Moisés. Los ritos que hizo Moisés en la instalación del Tabernáculo no revelaron la presencia de D-os; recién los que hizo Aharón lo lograron.

Todos deseamos sentir la presencia de D-os en nuestras vidas. Para que esto ocurra debemos imitar a Aarón: “amar la paz y perseguir la paz; amar a las criaturas y acercarlas a la Torá.”1