Una vez que la tzaráat desapareció del cuerpo, la persona tiene que ofrendar sacrificios y seguir rituales específicos, incluyendo el de sumergirse él y sus ropas en una mikve (pileta ritual) y afeitar todo su pelo.
Combatiendo el Exceso con Exceso
זֹאת תִּהְיֶה תּוֹרַת הַמְּצֹרָע וגו': (ויקרא יד:ב)
[D-os le dijo a Moisés] “La siguiente es la ley con respecto a la persona afectada con tzaráat.” Levítico 14:2

La palabra hebrea por una persona afectada con tzaráat (metzorá) se puede ver como una contracción de la frase hebrea para “calumniador” (motzí shem ra), que literalmente significa “alguien que da [a alguien] un mal nombre”. Esto refleja el hecho de que la tzaráat afectaba a la gente cuyo mal oculto salía a la superficie al decir un chisme o calumnia de forma espontánea.

Las buenas acciones generan energía positiva, mientras que las malas acciones generan energía negativa. Es por eso que cuando nos disponemos a reparar el daño causado por una mala acción, también tenemos que neutralizar la energía negativa que generó. El chisme y la calumnia resultan de usar el poder del habla excesivamente. Por lo tanto, la forma de rectificar el daño causado es usar el habla excesiva en forma positiva, estudiando Torá (en voz alta). Esto trae energía positiva y sagrada al mundo.

Se nos ha enseñado que las letras de la Torá son todos “nombres” de D-os, es decir, canales a través de los cuales la energía Divina entra al mundo. Así que la energía positiva que se trae al mundo a través del estudio de la Torá, contrarresta la energía negativa que produce la tzaráat, reemplazando lo destructivo, los “malos nombres” con “nombres” Divinos constructivos.1