Antes de que comieran del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, Adán y Eva eran modelos de perfección y pureza espiritual. Al comer del fruto del Árbol le abrieron la puerta a la mezcla del bien y el mal, haciendo que el mundo descendiera de su anterior estado de pureza espiritual. La menstruación femenina y su impureza ritual resultante, también comenzó luego de que Adán y Eva comieran del fruto del Árbol del Conocimiento, como resultado de la mezcla del bien y el mal que se volvió parte integral de la naturaleza.
El pueblo judío es la “novia” de D-os. Cuando el Templo Sagrado estaba en pie, estábamos cercanos a D-os y podíamos sentir su presencia abiertamente. Sin embargo, durante el exilio somos como una esposa menstruante, quien no tiene permitido tener relaciones maritales con su esposo.
Es importante tener presente que esta mezcla del bien y el mal no continuará para siempre. En el futuro D-os “causará que el espíritu de impureza desaparezca del mundo”. Los sabios talmúdicos nos enseñan que esto significa que las mujeres no menstruarán más. Similarmente, con la llegada de la Redención, la “novia” de D-os, el pueblo judío, se unirá nuevamente con Él, esta vez para siempre.
El propósito interno de estudiar Torá y cumplir con los mandamientos de D-os hoy en día es acelerar el largamente esperado restablecimiento de nuestra conexión cercana y amorosa con D-os en su máxima revelación.1
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