El arrepentimiento hace posible que recobremos nuestra inocencia original ante D-os, e incluso que forjemos una relación con Él aún mejor que la que existía previamente. Cuando el Tabernáculo o el Templo Sagrado estaba en pie, los pecados más graves se expiaban a través de los rituales y sacrificios del Día de Expiación anual (Iom Kipur). Dichos rituales sólo podían ser realizados por el sumo sacerdote. Algunos de esos rituales tenían lugar en la cámara más interna del Tabernáculo, el “Sanctasanctórum”.
La Esposa del Sumo Sacerdote
וְהִקְרִיב אַהֲרֹן אֶת פַּר הַחַטָּאת אֲשֶׁר לוֹ וְכִפֶּר בַּעֲדוֹ וּבְעַד בֵּיתוֹ: (ויקרא טז:ו)
Aarón ofrendará su propio novillo para ofrenda de pecado y expiará por sí mismo y por su casa (su esposa). Levítico 16:6

Para que los rituales de Iom Kipur fueran válidos, el sumo sacerdote debía estar casado y volver directamente a su casa con su esposa, luego de completar los rituales del día. El propósito de lograr altos niveles de consciencia Divina en el Sanctasanctórum es transmitir esta inspiración a la vida de todos los días. Dado que las mujeres personifican nuestro impulso de hacer del mundo un hogar para D-os, el regreso del sumo sacerdote a su casa y esposa - compartiendo esta inspiración Divina con ella, permitiéndole a ella desarrollar y expandir su propia consciencia Divina - era la culminación de su intenso trabajo espiritual del día.

Los rituales de Iom Kipur nos enseñan cómo renovar nuestra relación con D-os. Fomentar nuestra armonía marital es una parte integral de fomentar nuestra relación con D-os. Los esposos deben alentar el desarrollo espiritual de su esposas. Y debemos buscar armonizar nuestro lado “masculino”, es decir, nuestra aspiración hacia la espiritualidad, con nuestro lado “femenino”, es decir, nuestra aspiración de traer espiritualidad hacia nuestras vidas diarias.1