A continuación, D-os le informó a Moisés sobre los castigos correctivos por participar en las relaciones que fueron prohibidas al final de la sección anterior. Luego de concluir esas leyes, D-os declaró que el pueblo judío debe observarlas porque “Yo soy D-os.”
A Quién Amar
אֲנִי ה' אֱלֹקֵיכֶם אֲשֶׁר הִבְדַּלְתִּי אֶתְכֶם מִן הָעַמִּים: (ויקרא כ:כד)
[D-os le dijo a Moisés que le diga al pueblo judío] “Yo soy D-os ... quien los diferenció de otros pueblos [al darles Mis leyes].” (Levítico 20:24)

Los sentimientos de amor hacia otra persona pueden ser muy fuertes. Tan fuertes, de hecho, que pueden hacer que consideremos desafiar las prohibiciones de la Torá o abandonar totalmente a D-os si nos apegamos a alguien prohibido para nosotros. Por lo tanto D-os nos recuerda que Él, el creador del mundo y la fuente del amor, estableció estas prohibiciones, de forma que no esperemos ningún resultado positivo si las transgredimos. Y si preguntamos por qué D-os puso en nosotros esta capacidad de apegarnos tan fuertemente a otra persona que nos puede llevar a desafiar a D-os, la respuesta es: para recompensarnos correspondientemente por sobreponernos a este desafío; podemos estar seguros de que se puede confiar en D-os para recompensarnos ampliamente cuando cumplimos con Su voluntad.1