D-os le dijo a Moisés que en la Tierra de Israel el pueblo judío debe dejar los campos sin trabajar durante un año completo luego de trabajarlos durante seis años. Para que puedan hacer esto, D-os dijo que “bendeciría” la producción del sexto año, haciendo que la tierra produzca lo suficiente para ambos años.
D-os Promete, D-os Cumple
וּבַשָּׁנָה הַשְּׁבִיעִת שַׁבַּת שַׁבָּתוֹן יִהְיֶה לָאָרֶץ. . . . וְצִוִּיתִי אֶת בִּרְכָתִי לָכֶם בַּשָּׁנָה הַשִּׁשִּׁית וגו': (ויקרא כה:ד)
[D-os le instruyó a Moisés para que le dijera al pueblo judío] “En el séptimo año, la tierra debe tener un descanso completo ... Yo ordenaré Mi bendición para ustedes en el sexto año.” Levítico 25:4

A pesar de que dejar la tierra sin cultivar por un año mejora realmente su fertilidad, este no puede ser el propósito del año sabático. Si fuera así, D-os hubiera prometido aumentar la cosecha en el año siguiente al año de descanso, no en el anterior. Al prometer aumentar la producción en el sexto año - ¡que es naturalmente el menos productivo! - D-os nos muestra que es específica y exclusivamente Su bendición la que es la causa del aumento del producto.

La lección para nosotros es la siguiente: Como judíos, se requiere de nosotros que pasemos un tiempo todos los días rezando y estudiando Torá; debemos dar caridad, apoyar la educación judía, y abstenernos de trabajar en Shabat y las festividades judías. ¿Cómo podemos esperar vivir vidas financieramente sanas cuando nuestros vecinos no judíos, que no están “incapacitados” por ninguna de estas obligaciones y restricciones, luchan para ganarse el sustento?

El año sabático nos enseña que cuando hacemos lo que D-os quiere, Él nos bendecirá, no sólo en el plano espiritual, sino también en plano material.1