Cuando D-os ocultó Su presencia luego de que Adán y Eva comieran del fruto del Árbol del Conocimiento, limitó su ocultamiento a 6000 años. A pesar de que la podemos iniciar antes, la era Mesiánica comenzará no más tarde que el comienzo del séptimo milenio.
Los seis años durante los cuales se permite el trabajo agrícola corresponden a los seis milenios del actual estado del mundo. El año sabático corresponde al séptimo milenio, cuando el mundo “descansará” de su presente estado. Estamos actualmente en la última parte del sexto milenio, es decir, acercándonos al final del sexto “año”.
En este contexto, sabemos que la consciencia Divina y la fortaleza espiritual de nuestra generación no se puede comparar con aquellas de generaciones anteriores. Siendo este el caso, nos podemos preguntar ¿Cómo puede ser que el sexto “año”, el más débil, sea el que provea para el séptimo? ¿Cómo puede nuestra espiritualidad relativamente débil iniciar la Redención, cuando la espiritualidad superior de nuestros santos ancestros no lo logró?
A esto, D-os responde que en mérito a nuestra fe simple, como se expresa en nuestra dedicación a nuestra misión Divina a pesar de todos los obstáculos y más allá de las limitaciones de la lógica, Él va a aumentar la producción del “sexto año”, y nos traerá la Redención.1
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