El pueblo judío nunca sabía por adelantado cuánto tiempo se quedaría en un campamento dado; podía ser por un día o por años. Sin embargo, erigieron el Tabernáculo por completo en cada campamento, siguiendo las instrucciones de D-os de mantener el Tabernáculo en funcionamiento todo el tiempo.
Esto nos enseña dos lecciones importantes. Primero, que debemos reconocer que es D-os quien nos guía a través de todos nuestros viajes en la vida, sean geográficos, emocionales, mentales o espirituales. Por supuesto que debemos hacer nuestros propios planes basados en nuestros objetivos de vida, pero al mismo tiempo, debemos estar concientes del hecho de que D-os sabe cuándo es mejor para nosotros quedarnos o movernos a la siguiente estación en la vida, y que Él arregla las cosas de acuerdo a eso.
Segundo, que no debemos “poner nuestras vidas en pausa” cuando estamos en una situación temporaria. Dado que D-os está más allá del tiempo y espacio, cuando nos conectamos con Él aunque sea por un momento, ese momento dura para siempre. Tanto si un viaje personal dura un día o una década, lo podemos convertir en un santuario, imbuido con la permanencia eterna de la presencia de D-os.1
Escribe tu comentario