Hubieron 250 personas que ofrendaron el incienso. Además de ellos hubo mucha gente que Kóraj había logrado que se pusieran de su lado, con la ayuda de dos miembros de la tribu de Rubén, los hermanos Datan y Aviram. Moisés intentó convencer a estos otros rebeldes que abandonen el motín de Kóraj.
Nunca Perder la Esperanza por Nadie
וַיָּקָם מֹשֶׁה וַיֵּלֶךְ אֶל דָּתָן וַאֲבִירָם וגו': (במדבר טז:כה)
Moisés se levantó y fue a lo de Datán y Aviram. Números 16:25

Datán y Aviram ya habían demostrado abiertamente su animosidad hacia Moisés, acusándolo de déspota e impostor. Es más, D-os mismo ya había sellado su castigo, ordenándole a Moisés que sólo salve a los otros rebeldes del destino inminente de Datán y Aviram. Aun así, Moisés no perdió la esperanza de que sus “enemigos” se arrepintieran, haciendo todo lo que estuvo a su alcance para influenciarlos a reconsiderar su postura.

Aprendemos de Moisés que siempre tenemos que hacer todo lo que podamos para traer a nuestros hermanos de vuelta a D-os y Su Torá, incluso cuando parece que se perdió toda esperanza. Esto es verdad incluso cuando están ignorando su fe intencionalmente, y cuanto más cuando están actuando por ignorancia.1