El mensaje de Moshé al rey edomita es el mismo mensaje que nuestras almas divinas deben transmitir al mundo material mientras aún estamos en exilio. “Es verdad: físicamente los judíos somos iguales al resto de la gente; tenemos las mismas necesidades físicas, que debemos satisfacer trabajando y viviendo en el mundo físico. Sin embargo, no dejaremos que este hecho opaque nuestro verdadero propósito en la vida: cumplir con nuestra misión divina de elevar y depurar el mundo físico. Seguiremos la senda del Rey divino; ¡no nos desviaremos de los caminos de D-os ni a derecha ni a izquierda!”.
Al mantenernos fieles tanto a nuestro ser interior como a nuestra misión divina, tendremos el mérito de ver la Redención máxima del mundo y su transformación en la verdadera morada de D-os.
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