Balak, el rey de Moab, escuchó que el pueblo judío había derrotado a los reyes amorreos Sijón y Og por obra de milagros. A pesar de que era de público conocimiento que D-os no había prometido a los judíos el territorio de Moab, Balak temió que esas victorias los alentaran a vengarse contra su pueblo por no haberles permitido atravesar su territorio.
Liderazgo responsable
וַיָּגָר מוֹאָב מִפְּנֵי הָעָם מְאֹד וגו': (במדבר כב:ג)
[Debido a las predicciones de Balak,] Moab sintió terror por el pueblo [judío]. Números 22:3

Balak no tenía motivos para infundir en los moabitas el temor por el pueblo judío. No ordenó a su pueblo hacer cosa alguna para contrarrestar la supuesta amenaza presentada por los judíos. Pero el hecho es que no pudo contenerse e innecesariamente infundió temor en su pueblo.


Moshé, por su parte, efectivamente temía al rey Og, pero no reveló su temor al pueblo judío. Comprendió que debía refrenarse de hacer cualquier cosa que debilitara el ánimo del pueblo, y reforzó en cambio su propia moral interna. Gracias a su actitud positiva y su firme confianza en D-os, logró preservar la autoimagen del pueblo judío y el orgullo por su misión divina. Moshé sabía que es posible ganar la eficaz intervención de D-os en nuestra vida cuando confiamos en que Él la proveerá. Moshé pautó así el valiente comportamiento de todos los líderes judíos que habrían de sucederle.

En una u otra medida, todos somos líderes, ya sea en el contexto de nuestro trabajo, nuestras familia o nuestro círculo de amigos. Debemos, por lo tanto, aprender del ejemplo de Moshé y ocuparnos activamente de fomentar en los demás el optimismo y la confianza en la misión divina y no lo opuesto, como hiciera Balak.