Tras bendecir en tres ocasiones al pueblo judío, Balaam profetizó el futuro destino del pueblo de Balak, como también el de otras naciones. En esas profecías mencionó que el futuro rey del pueblo judío — el Mesías— llevará a la humanidad entera a servir a D-os.
Soñar los sueños de Di-s
וְיֵרְדְּ מִיַּעֲקֹב וגו': (במדבר כד:יט)
[Dijo Balaam:] “Un gobernante saldrá de Iaacov.” Numeros 24:19

Nos podemos preguntar: “Una vez que sabemos qué es lo que D-os requiere de nosotros aquí y ahora, ¿para qué necesitamos saber cuáles son nuestro propósito y recompensa finales? ¿Por qué no confiar en que D-os nos otorgue la recompensa llegado el momento en vez de preocuparnos en estos momentos sobre el qué y cuándo?”


La respuesta a esto es que contar con una clara visión del propósito de nuestro trabajo genera una diferencia sustancial en la calidad del mismo, como también en el esfuerzo que invertimos. D-os quiere que lo sirvamos imbuidos de inspiración; quiere que la visión nuestra sea la visión de Él, que los objetivos nuestros sean los objetivos de Él. Desde luego, nuestra relación con D-os debe basarse en la absoluta e incondicional devoción que toda criatura debe a su Creador, pero eso es solo la base, el comienzo. Idealmente, D-os quiere que soñemos lo que Él sueña; y es por ello que Él comparte con nosotros el sueño de un Futuro Mesiánico.


Por consiguiente, resulta vital estudiar las profecías y las afirmaciones de nuestros sabios sobre el Mesías y la inminente Redención, ya que nos permitirán llegar a una clara imagen mental de cómo debe ser el mundo efectivamente y de cómo podemos transformar este sueño en realidad.