A medida que vamos estudiando la Torá día a día, vamos construyendo un “Tabernáculo”, es decir, una morada para D-os en nuestra vida personal. Con la orden dada al pueblo judío de acampar alrededor del Tabernáculo, D-os nos enseña que debemos centrar nuestra vida alrededor de ese santuario interior. El punto más íntimo del Tabernáculo era el Arca, que albergaba las Tablas del Pacto, es decir, la Torá. Cuando la Torá es el eje alrededor del cual gira nuestra vida, logra afectarla de manera positiva en cada una de sus facetas, como debe ser. Además, una vez que la Torá logra iluminar nuestra vida e influir en ella, esta misma influencia se puede expandir más aún, iluminando y depurando a la humanidad y al mundo en su totalidad.1
D-os pidió a Moshé alentar al pueblo judío a recordar su historia, esto es, a rememorar que D-os los había elegido como Su pueblo, les había entregado la Torá y los había guiado a través del desierto en el camino que va de Egipto hacia la Tierra de Israel.
Mantener el foco
יְסֹבֲבֶנְהוּ וגו': (דברים לב:י)
[Dijo Moshé:] “[D-os] hizo que [el pueblo judío] rodee a Él [al ordenarle acampar alrededor del Tabernáculo]” Deuteronomio 32:1
Notas al Pie
1.
Hitvaaduiot 5744, vol. 4, págs. 2649-2650.
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