A continuación, Moshé bendice por separado a cada tribu, enfatizando la contribución única de cada una a la misión colectiva del pueblo judío. Bendice a la tribu de Leví para que sea merecedora del papel de sus miembros como sacerdotes y levitas oficiantes en el Templo Sagrado, y de su tarea de enseñar Torá al resto del pueblo judío. Bendice a la tribu de Biniamín ubicando el Templo Sagrado en su territorio, Jerusalem, en forma eterna.
Perpetuidad judía
יוֹרוּ מִשְׁפָּטֶיךָ לְיַעֲקֹב . . . לְבִנְיָמִן אָמַר . . . חֹפֵף עָלָיו כָּל הַיּוֹם וגו': (דברים לג:י)
[Moshé bendijo a la tribu de Leví,] “Ellos enseñarán las ordenanzas [de D-os] a Iaacov [al pueblo judío] ...[Bendijo a la tribu de Biniamín,] “[La presencia de D-os] está encima de él todo el ‘día’ [es decir, por siempre].”Deuteronomio 33:10

La bendición de Moshé a la tribu de Leví tiene la intención de inspirarnos a todos nosotros a dedicarnos a la sagrada tarea de promover la educación judía y asegurar así que a todo judío se le brinde el más amplio y profundo conocimiento posible de la Torá de D-os.

Al pronunciar la bendición a la tribu de Biniamín después de la correspondiente a la tribu de Leví, Moshé nos enseña que nuestra dedicación a la educación judía debe ser perpetua y continua, y que la educación judía que promovemos debe obrar de modo que asegure la perpetua dedicación del pueblo judío a la Torá de D-os y Sus mandamientos.1