Es el precepto con el cual se nos ordenó que la purificación del tzaráat sea mediante la acción explícita en el versículo, y ésta es: una vara de cedro, hisopo, (lana) carmesí, dos pájaros y aguas de manantial, y que con ellos se haga todo lo mencionado (en la Torá).

Con esta acción misma han de purificarse el hombre y la casa según explicó el versículo.

Te ha sido explicado, pues, que según nuestra Torá los elementos que purifican de la impureza, son tres: uno es global y dos son específicos para dos de las clases de impureza.

El global — es la purificación en el agua; ningún impuro logrará para sí su pureza salvo luego de purificarse con agua. El segundo tipo es méi nidá — y es elemento específico para la Impureza por el (hombre) Muerto. Y el tercer tipo es: cedro, hisopo, (lana) carmesí, dos pájaros y aguas de manantial, cosa específica para tzaráat.

Todas las leyes de este precepto —es decir: la primer purificación del metzorá— han sido explicadas ya en el Tratado de Negaím.