Es la advertencia con la cual se nos previno de no robar, y ello es la toma por la fuerza, con violencia y abiertamente, de una cosa a la que no tenemos derecho.
Es lo que El, exaltado sea, dijo: No robes.
Y así explicaron los Poseedores de la Transmisión:
"No robes — al estilo de lo dicho: y robó la lanza de manos del egipcio".
Este Precepto Negativo está adosado a uno Positivo —y es lo que El dijo: Y devolverá lo robado, lo que sustrajo— sólo que (en esta instancia) incluso de eliminarse (la posibilidad de cumplir) el Precepto Positivo inherente, (el transgresor) no recibe (la pena de) Malkut —pues no hay hombre que reciba Malkut y (también) pague— en vista de que se trata de un Precepto Negativo dado a restitución: si incineró lo robado o lo arrojó al mar — paga (a su dueño) lo que valía; y si negó (haber robado) y juró — agrega un quinto (al valor del capital) y ofrenda un (sacrificio) Ashám — como se explicó en su lugar. Así se explicó al final (del Tratado Talmúdico) de Makot.
Las leyes de este precepto han sido explicadas ya en el Capítulo Noveno y el Capítulo Décimo (del Tratado Talmúdico) de Babá Kamá.