Es el precepto con el cual se nos ordenó que todo Rey que entre nosotros se siente sobre el trono real deberá escribir un Rollo de la Torá para sí, y no ha de separarse de él.

Es lo que El, exaltado sea, dijo: Y será cuando esté sentado sobre el trono de su reinado, y escribirá para sí una segunda Torá como ésta.

Todas las leyes de este precepto han sido explicadas ya en el Capítulo Segundo (del Tratado Talmúdico) de Sanhedrín.