Es la advertencia con la cual se previno al testigo de no hablar en el juicio de aquel sobre el que atestigua, incluso si es sabio o entiende — éste, pues, no ha de ser testigo, juez e instructor, sino que atestiguará acerca de lo que vio y callará, y los jueces obrarán de acuerdo a su testimonio según les parezca. Se le advirtió de no hablar nada adicional al testimonio
Esto es sólo en juicios capitales, y es lo que El, exaltado sea, dijo: Un solo testigo no atestiguará contra un hombre, para morir. Repitió El la advertencia a este respecto y dijo: Un solo testigo no atestiguará contra un hombre, para morir. Es decir: no será muerto por instrucción del testigo.
En la Guemará (—Talmud, Tratado de) Sanhedrín dijeron: "Y un solo testigo no atestiguará contra un hombre — tanto para exonerar como para culpar". Y explicaron que la causa de ello es: 'pues parece que tuviera intereses propios en su testimonio'.
Sólo en (casos de) juicios capitales es que tiene prohibido abogar, tanto inocencia como culpabilidad.