Es la advertencia con la cual se nos previno de no castigar o quitar dinero con el testimonio de un único testigo, incluso si (éste) era cabalmente idóneo.

Es lo que El, exaltado sea, dijo: No se alzará un único testigo contra un hombre, por toda transgresión y por toda falta. Dijeron: "Por toda transgresión es que no se alza, pero se alza para juramento".

Las leyes de este precepto han sido explicadas ya en lugares dispersos de (los Tratados Talmúdicos de) Iebamot, Ketubot, Sotá, Guitín, Kidushín, y lugares varios en el Orden (Mishnaico) de Nezikín.