Es el precepto con el cual se nos ordenó cumplir todo lo que hemos impuesto verbalmente sobre nosotros —juramento, promesa, sacrificio y similares—.

Es lo que El, exaltado sea, dijo: Lo que sale de tus labios cuidarás, y harás.

A pesar de que ya han separado las palabras de este versículo y han interpretado cada una de él para un tema (individual), de todos modos la intención que surge de todo lo que te han mencionado es: que el cumplimiento de todo lo que el hombre exprese imponiendo algo sobre sí — es un Precepto Positivo; y su violación — es un Precepto Negativo, lo que explicaremos cuando mencionemos los Preceptos Negativos.

En expresión del Sifrí: "Lo que sale de tus labios — es un Precepto Positivo"; y tú sabes que no hay cosa que surja sólo de las palabras lo que sale de tus labios; la intención, sin embargo, es aquella que te mencioné como entendimiento literal del versículo: que está obligado a hacer todo lo que sacó con sus labios.

La ordenanza de este precepto ha sido repetida ya (en la Torá), y es lo que El, exaltado sea, dijo: Como todo lo que sale de su boca hará.

Las leyes de este precepto han sido explicadas ya en varios lugares (del Tratado Talmúdico) de Shevuot, (el de) Nedarím, al final (del) de Menajot, y también en el Tratado (Mishnaico) de Kiním. Vale decir: se explicó la ley que cabe puntualizar, que el hombre haga lo que impuso sobre sí, y cuál es la forma de eximirse si tiene dudas con lo que dijo.