Es el precepto con el cual se nos ordenó redimir al primogénito humano y entregar (el valor de) ese rescate al Sacerdote.
Es lo que El, exaltado sea, dijo: El primogénito de tus hijos Me darás. Y explicó de qué modo ha de ser dicha entrega: que lo rescatemos del Sacerdote —como si fuera que éste ya se hubiera constituido en dueño de él— y nosotros hemos de comprarlo de él —con cinco slaím—. Es lo que El, exaltado sea, dijo: Mas rescatar has de rescatar al primogénito del humano.
Este precepto es el de pidión habén, y las mujeres no están obligadas con él, sino que es una obligación del padre sobre el hijo, como fuera explicado en (el Tratado Talmúdico de) Kidushín.
Todas las leyes de este precepto han sido explicadas ya en el Tratado (Talmúdico) de Bejorot.