Es la advertencia con la cual también se nos previno de no afligir con palabras al (legítimo) converso.
Es lo que El, exaltado sea, dijo: Y al converso no aflijas.
En expresión del Mejilta: "Y al converso no aflijas — con palabras".
El Precepto Negativo fue repetido (en la Torá), y dijo El: no lo afligiréis. Y en el Sifrá (fue dicho): "Que no le digas: Ayer rendías culto idólatra y ahora has ingresado bajo las alas de la Presencia Divina".