Este, entonces, es el importante principio en lo que hace al servicio Divino del beinoní: la cuestión esencial es gobernar y regir la naturaleza que está en el lado izquierdo del corazón por medio de la luz Divina que ilumina el Alma Divina [que mora] en el cerebro, y regir [los deseos de] el corazón. [Esto se logra] al meditar en su mente acerca de la grandeza del bendito Di-s Infinito (Ein Sof), de modo que mediante su comprensión haga nacer un espíritu de comprensión y temor a Di-s en su mente. Estos harán que se aparte del mal [condenado] por la Torá o por nuestros Sabios, incluso de [cometer] una prohibición Rabínica menor, Di-s libre. [La meditación en la grandeza de Di-s] también [generará] un amor a Di-s [que se revelará] en el lado derecho de su corazón, [el asiento de las facultades emocionales del Alma Divina,] con ansiedad y anhelo de unirse a El con el cumplimiento de los mandamientos de la Torá y de los Rabinos, y el estudio de la Torá que es equivalente a todos ellos.

Lo que es más, ha de saberse otro principio importante en el servicio a Di-s del beinoní: aun si su intelecto y su entendimiento son incapaces de producir en su corazón un manifiesto amor a Di-s, para hacerlo arder [como] con llamas flameantes, con un deseo y ansiedad y pasión por unirse a Di-s sentidos manifiestamente en el corazón, sino que, por el contrario, el amor está oculto en su mente y en lo recóndito1 de su corazón, es decir, que el corazón*

* NOTA

El motivo de esta [inhibición] es que el intelecto y el Néfesh, Rúaj y Neshamá de esta persona se deriva del así llamado ibur (concepción) y ocultamiento dentro del entendimiento [Supremo], y no de la cualidad de leidá (nacimiento) y revelación — como es conocido a quienes están familiarizados con el Saber Esotérico.

entiende, con el espíritu de sabiduría (jojmá) y entendimiento (biná) del cerebro, la grandeza del bendito Di-s Infinito ante Quien todo lo demás es absolutamente como nada, en razón de lo cual Le cuadra, bendito sea, que el alma de todo ser viviente desfallezca por El, por unirse a El y ser absorbida por Su luz [Divina]; y que también del mismo modo es adecuado para su propia alma, el Néfesh y Rúaj dentro de él, desfallecer por El con un deseo ferviente de dejar su envoltura, es decir, el cuerpo, a fin de unirse a El. [Tan intensamente deberían anhelar a Di-s su Néfesh y su Rúaj que] sólo contra su voluntad moran en el cuerpo; están unidos a él como esposas abandonadas. [En su estado presente] su pensamiento no puede en absoluto aprehender a Di-s, salvo cuando es aprehendido y se inviste en la Torá y sus mandamientos, como en el ejemplo de aquel que abraza al rey, que se ha mencionado antes. Por lo tanto, les es adecuado y acorde a ellos abrazarlo [a Di-s] con todo su corazón, su alma y su fuerza. Esto es, [en el sentido práctico,] cumplir los 613 mandamientos en la acción, la palabra y el pensamiento, siendo [este último] la comprensión y el conocimiento de la Torá, como se ha explicado anteriormente.

Consecuentemente, cuando [el beinoní] medita sobre este tema en lo recóndito del entendimiento de su corazón y su mente, y su boca y su corazón concuerdan, [o sea,] cumple con su boca como se resolviera en la comprensión de su mente y de su corazón —a saber, dirigir su deseo hacia la Torá de Di-s, meditando en ella día y noche en el estudio oral— y así también sus manos y los demás órganos de su cuerpo cumplen los mandamientos como ha sido resuelto en la comprensión de su mente y su corazón, entonces, [cuando implementa su resolución,] esta tevuná está investida en la acción, la palabra y el pensamiento de Torá y sus mitzvot, proporcionándoles poder intelectual y vitalidad, y "alas" que les permite alzarse a las alturas [a pesar de no ser un amor ni temor manifiesto y sentido,] tal como si los practicara con verdadero temor y amor revelado en el corazón [[cuando los hubiera practicado] con un deseo, fervor y pasión que se sienten en el corazón y en el alma sedienta de Di-s debido al llameante amor a Di-s que arde en su corazón, como se explicara arriba]. Porque es esta tevuná en su mente y en lo recóndito de su corazón lo que lo lleva a dedicarse a la Torá y a las mitzvot. Si no hubiera meditado sobre esta tevuná, no se habría ocupado de ellos para nada, sino, solamente, de sus necesidades físicas. [Aun si es un estudiante asiduo por naturaleza, no obstante, ama más, por naturaleza, a su cuerpo].

Nuestros Sabios sugirieron esto cuando dijeron: "El Santo, bendito sea, vincula un buen pensamiento con la acción". Debería haberse dicho: "La Torá se lo considera como si efectivamente lo hubiera hecho". Sin embargo, la explicación [radica en el principio mencionado antes]: son el temor y el amor a Di-s manifiestos en el corazón los que se invisten en la acción de los mandamientos, dándoles vitalidad para remontarse a las alturas. Porque el corazón también es corpóreo, al igual que los demás órganos del cuerpo que son instrumentos de la acción, sólo que es interno y su fuente de vitalidad, por lo que [en virtud de su corporeidad similar a los demás órganos y el hecho de que los provea de su vitalidad] puede investirse en sus acciones, para ser sus "alas", elevándolas. Sin embargo, el temor y el amor previamente mencionados —que se encuentran en la inteligencia del cerebro y lo recóndito del corazón— son de un orden mucho más alto que el del nivel de "acción", por lo que no pueden investirse en la acción de los mandamientos para transformarse en su poder intelectual y vitalidad para elevarlos, de modo que puedan remontarse a las alturas, de no ser por el hecho de que Di-s los vincula y los une a la acción [para que le sirvan de "alas"]. Ellos [—el amor y el temor de tevuná—] son denominados "buen pensamiento", porque no son temor y amor auténticos en un estado revelado en el corazón, sino sólo en la inteligencia del cerebro y lo recóndito del corazón, como se mencionó antes.*

* NOTA

Tal como está escrito en el Zohar y en Etz Jaím, que la palabra hebrea תבונה (tevuná, "entendimiento") comprende las letras que forman las palabras בן y בת (ben y bat, "hijo" e "hija"), los que [en las emociones humanas] representan el amor y el temor. A veces, la tevuná desciende para convertirse en la inteligencia del aspecto femenino de la "pequeña imagen", que [en la esfera humana] son las letras de la Torá y las mitzvot. Y el iniciado comprenderá [las referencias cabalísticas de esta Nota].

Pero Di-s realiza esta unión de tevuná con la acción a fin de elevar la acción de los mandamientos y el estudio de la Torá —que se llevan a cabo por influencia del "buen pensamiento" mencionado previamente— en el Mundo de Beriá, el nivel al que ascienden [el cumplimiento de] la Torá y las mitzvot cuando son motivadas por un temor y amor que se derivan de la meditación propia y que se revelan verdaderamente en el corazón de la persona. Sin embargo, aun sin ésta [vinculación] se elevan al Mundo de Ietzirá, por medio del temor y amor naturales latentes en el corazón de cada judío desde su nacimiento, como se explicará más adelante en detalle.