Pero el pensamiento y la meditación en las palabras de Torá, que se logra en el cerebro, y el poder del habla [ocupado] en las palabras de Torá, que está en la boca —que son las vestimentas más interiores del Alma Divina —, y con más razón el Alma Divina misma que está investida en ellos, todos se fusionan realmente en perfecta unión con la Voluntad Divina, y no son meramente un vehículo, una "carroza" para ella [como lo son la boca y el cerebro en que tiene lugar el habla y el pensamiento del estudio de la Torá]. [¿Por qué tiene la Torá la capacidad de producir este nivel de unión?] Porque la Voluntad Divina es exactamente ese tema de la halajá del cual uno piensa y habla, en cuanto todas las leyes de la halajá son expresiones particulares de la más interior Voluntad Divina misma; porque Di-s, bendito sea, así lo quiso: que esta cosa [determinada] sea permisible o kasher, o que [este individuo] sea exonerado y [aquel otro declarado] inocente, o a la inversa. Análogamente, todas las combinaciones de letras del Pentateuco (Torá), los Profetas (Neviím) y las Sagradas Escrituras (Ketuvím) también son la expresión de la Voluntad y la sabiduría de Di-s que están unidas al bendito Ein Sof en una unión perfecta — ya que El es el Conocedor, el Conocimiento [y lo Conocido]. Esto es lo que se quiere decir con la declaración de que "La Torá y Di-s son absolutamente uno" — no son meramente "órganos" del Rey, como lo son las mitzvot.
ב"ה