Esto explica la declaración talmúdica de que "aquel que sirve a Di-s" se refiere al que repasa su estudio 101 veces, mientras que "aquel que no Lo sirve" se refiere a la persona que repasa su estudio sólo 100 veces. Esto es así porque en aquellos días [del Talmud] era habitual [y natural] repasar cada lección 100 veces. El Talmud ilustra esto con la analogía del mercado de los que arrean burros, quienes cobraban 1 zuz por 10 parsi (millas persas), pero pedían 2 zuz por arrear 11 parsi, porque [el arrear una onceava milla] excedía su práctica usual. Por lo tanto, este repaso 101 que supera la práctica normal a la que [el alumno] había sido acostumbrado desde su infancia es equivalente a todos los 100 repasos anteriores combinados. De hecho, su calidad los supera por su mayor fuerza y poder, de modo que es sólo este repaso extra el que le permite ser llamado "aquel que sirve a Di-s". Porque para cambiar su naturaleza habitual debe estimular [en sí mismo] el amor a Di-s, meditando en su mente acerca de la grandeza de Di-s, a fin de dominar la naturaleza que está en el lado izquierdo de su corazón, lleno de sangre del Alma Animal que se origina en kelipá, de donde proviene esta naturaleza. Y este [estímulo de amor a Di-s generado con la meditación para imponerse al Alma Animal] es un servicio perfecto para el beinoní. O [una alternativa en el servicio del beinoní es] estimular el amor a Di-s [inherentemente] oculto en su corazón [y llevarlo a un estado revelado] para controlar por medio de éste [amor] la naturaleza que está en el lado izquierdo del corazón. También esto —librar batalla contra su naturaleza e inclinación despertando el amor oculto en su corazón— es llamado servir a Di-s [si bien de un modo imperfecto]. Pero si no libra guerra alguna, este amor, por sí mismo, no puede, de ninguna manera, considerarse servicio suyo.