Todas las condensaciones constituyen "un velar del Semblante [Divino]"; es decir, cubren con un velo y ocultan [el "rostro", o sea, los aspectos esenciales de] la luz y la fuerza vital que se derivan de Su Palabra, bendito sea, de manera que ésta no se revele con una intensidad excesiva que los [mundos] inferiores serían incapaces de recibir. Por eso, también, la luz y la fuerza vital de la Palabra de Di-s que está investida en ellos les parece como si fuera algo separado de Di-s Mismo, sólo que emana de El, tal como el habla de un ser humano proviene del alma [de éste]. Sin embargo, con respecto a Di-s, ninguna condensación, ocultamiento o velo, oculta u oscurece cosa alguna de El; para El, "la 'oscuridad' y la 'luz' son lo mismo", como está escrito: "Tampoco la oscuridad puede oscurecer [cosa alguna] de Ti". Porque los tzimtzumím y los "velos" no son cosas distintas de El, Di-s libre, [ya que nada está separado de El] sino que son "como la tortuga, cuya vestimenta es parte de su cuerpo", como está escrito: "Di-s — El es el Señor", como se explica en otro lugar. Por eso, en Su presencia, todo lo demás es considerado como nada.
ב"ה
El Tania del Día
Likutei Amarim, fin de Capítulo 21

לעילוי נשמת הרה"ח הרה"ת
ר' יוסף ב"ר זאב הלוי ע"ה וויינבערג
ר' יוסף ב"ר זאב הלוי ע"ה וויינבערג
La Parashá
Parshah Itró
Text: Exodo 18:1-20:23