La morada del Alma Animal derivada de kelipat noga en cada judío, es en el corazón, [más específicamente] en el ventrículo izquierdo, que está lleno de sangre, y está escrito: "Porque la sangre es el alma" (néfesh). Por eso todas las pasiones —la ostentación, la ira, y similares— están en el corazón, y del corazón se extienden por todo el cuerpo, elevándose también al cerebro en la cabeza, para pensar y meditar sobre ellas y para volverse astuto en ellas —igual que la sangre tiene su fuente en el corazón y del corazón circula hacia cada órgano, elevándose también al cerebro en la cabeza—.
Pero la morada del Alma Divina está en los cerebros que están en la cabeza, y de allí se extiende a todos los órganos. [El Alma Divina reside] también en el corazón, en el ventrículo derecho donde no hay sangre, como está escrito: "El corazón del hombre sabio está a su derecha". Esta [revelación del Alma Divina —que reside en el cerebro— en el corazón] es el fogoso amor del hombre por Di-s, que llamea en el corazón de los hombres de discernimiento, que entienden y reflexionan con la comprensión de su cerebro acerca de los asuntos que incitan este amor. Del mismo modo, la alegría del corazón en [el momento de aprehender] la belleza de Di-s y la majestad de Su gloria, cuando los ojos del hombre sabio que están "en su cabeza" —en el cerebro que alberga su sabiduría y entendimiento— observan intensamente la gloria del Rey y la belleza de Su insondable, infinita e ilimitada grandeza, [con lo que el corazón se alegra] como se explica en otra parte. Similarmente, también las demás sagradas emociones en el corazón son [originarias] del JaBaD (sabiduría, entendimiento, comprensión) de los cerebros.