[Esto es así en todos ] excepto en aquel que es verdaderamente rashá. [Por el contrario,] nuestros Sabios dicen que los malvados están bajo el dominio de su corazón, mas su corazón no está bajo el dominio de ellos en absoluto. Este es un castigo por la magnitud y enormidad de su pecado y la Torá no habló de los muertos, es decir, de aquellos malvados que son considerados muertos aun durante su vida. En verdad, a los malvados les es imposible comenzar a servir a Di-s sin arrepentirse antes por su pasado, a fin de quebrar las kelipot [creadas por sus pecados] —las que forman una cortina divisoria y una "pared de hierro" que se interpone entre ellos y su Padre en el Cielo— por medio de la contrición del corazón y la amargura del alma por sus pecados. Tal como el Zohar interpreta el versículo "Los sacrificios al Señor (Elokím) son un espíritu quebrantado, un corazón quebrantado y contrito...", que al quebrantar su corazón, el espíritu impuro de la sitrá ajará, [las kelipot,] es quebrado. [Véase Zohar sobre Parshat Pinjás, folio 240, y sobre Parshat Vaikrá, folio 8 y folio 5a, y el comentario de Rabí Moshé Zacuto allí].

Esta es teshuvá de nivel inferior (teshuvá tataá/תשובה תתאה), elevar la letra hei (ה) inferior [del Nombre Divino Havaiá de Cuatro Letras] de su caída en las fuerzas del mal, [las kelipot]. Este es el misterio de la Shejiná (la Divina Presencia) en exilio, como dijeran nuestros Sabios: "Cuando los judíos fueron exilados a Edóm, la Shejiná fue al exilio con ellos". [En el sentido espiritual del servicio a Di-s por parte de la persona] esto significa que cuando uno actúa como "Edóm" [y peca], degrada y hace descender la chispa Divina que vitaliza su Néfesh, Rúaj y Neshamá [—su Shejiná interior—] que se inviste en el Alma Animal de kelipá asentada en el lado izquierdo de su corazón, a [ese nivel de] Edóm; y en tanto continúa en su maldad, el Alma Animal lo gobierna dominando su "pequeña ciudad", [su cuerpo]. De esta manera, su NéfeshRúajNeshamá está prisionera en el exilio, en él. Cuando el corazón [del rashá] está quebrantado dentro de él y [en consecuencia] está quebrado el espíritu de impureza y sitrá ajará y se dispersan [las fuerzas del mal], [la hei inferior del Nombre Divino —la Shejiná—] se levanta de su caída y se yergue firme, como se ha explicado en otra parte.