Esto es análogo a un padre compasivo, sabio y justo, que golpea a su hijo. Un hijo sabio, por cierto, no debería volver la espalda para huir y hallar ayuda para sí, o siquiera alguien que interceda ante su padre compasivo, justo y bondadoso (jasid). Más bien, mirará directamente a su padre, cara a cara, soportando sus golpes con amor en razón de su beneficio de toda la vida.
Ahora bien, en el plano Divino, el concepto de "Rostro" es la buena voluntad y deseo con que nuestro Padre en los Cielos proporciona a Sus hijos todo el bien de los mundos [físicos y espirituales] así como vida para el alma y cuerpo, por amor y buena voluntad, por un deseo y deleite interiores, mediante la Torá de Vida —que es Su bendita Voluntad— que nos dio, como recitamos [en la Amidá:] "Pues con la luz de Tu rostro nos diste... la Torá de Vida..." con la cual [y mediante la cual] hacer Su voluntad. Y sobre esto fue dicho: "Pues en la luz del Rostro del Rey hay vida, y Su voluntad...".
A los paganos, sin embargo, El concede la vida de sus cuerpos sin buena voluntad, placer ni deleite. Por esta razón se los denomina elohím ajeirím ("otros dioses"), pues derivan [su fuerza vital] de ajoráim (la "parte posterior" de la Divinidad).
Y así es también con el hombre: La buena voluntad y el deseo placentero se relacionan con el "rostro". Si uno no acepta [este sufrimiento] con amor y buena voluntad, es como si volviera su cuello y espalda [a Di-s], líbrenos el Cielo.
El consejo sugerido para permitir que la persona [lo] acepte con amor es el consejo de Di-s por boca de nuestros Sabios: "Que examine su propia conducta"; hallará pecados que requieren purgado por medio del sufrimiento. Entonces verá claramente la grandeza del amor de Di-s por él que "trastorna el orden natural de la conducta [Divina]", como en el ejemplo de un rey grande y temible que, por su abundante amor por su hijo único lava personalmente los excrementos de éste, como está escrito: "Cuando Di-s habrá de lavar de las hijas de Tzión el excremento... con un espíritu de justicia...". Entonces, "tal como en el agua el rostro refleja el rostro", habrá un estímulo de amor en el corazón de todo el que percibe y entiende lo preciado de la naturaleza del amor de Di-s por los seres inferiores. Este [amor Divino] es más preciado y mejor que toda [clase de] vida de todos los mundos, [tanto espirituales como materiales,] como está escrito: "Cuán preciada es Tu benevolencia (jésed)..." [y análogamente está escrito:] "Pues Tu jésed es mejor que la vida...". Pues jésed, que es una manifestación de amor, es la Fuente de vida que está presente en todos los mundos, como fuera dicho [en la Amidá]: "El sustenta la vida con jésed".
Y entonces Di-s, también, concederá bondad, y hará que Su Rostro brille hacia él con un amor manifiesto que antes había sido arropado y ocultado en un reproche manifiesto, y las expresiones de severidad Divina, [las guevurot,] serán endulzadas en su fuente y se anularán para siempre las expresiones de severidad Divina.