Y de esto podemos comprender claramente el tema del orden de los niveles [de los seres creados]: el inorgánico, el vegetal, el animal, y el ser parlante [—el hombre—], que se corresponden con [y se expresan dentro de la composición de] los Elementos Tierra, Agua, Fuego y Aire. Pues pese a que el animal es superior al vegetal, y el ser parlante más alto que el animal, no obstante ello, el animal se nutre y vive del vegetal, y el parlante recibe su vitalidad, e incluso sabiduría y comprensión, de ambos. Pues, [como expresa el Talmud:] "El niño no sabe cómo llamar 'papá' y 'mamá' hasta no haber probado grano". [Asimismo está escrito:] "Aún no he comido carne de bueyes...". Pues ésta es una instancia de Or Jozer, la luz que se refleja de los niveles inferiores a los superiores, del más bajo nivel de Asiá, donde hay una manifestación sumamente fuerte de la radiación de la radiación, etc., de la [infinita] luz Ein Sof que circunda todos los mundos, y del Kav de la luz Ein Sof en la culminación de las "piernas" del Iosher de Adám Kadmón. [Esta iluminación brilla allí] en un modo de Or Jozer, como se expresara arriba.
Esto permitirá obtener un muy buen entendimiento razonado [acerca de] cómo es que los ángeles supremos de la merkavá (la "Carroza Celestial"), a saber, el "Rostro de Buey" y el "Rostro de Aguila", derivan gran placer de, y son nutridos y satisfechos por, el espíritu del ganado y las aves que asciende a ellos de los sacrificios sobre el altar. Como el sagrado Zohar lo expresa precisamente: "Ellos derivan placer de su elemento y esencia".
Ahora bien, después de estas palabras y esta verdad, el conocimiento llega con facilidad a quien discierne, para entender por medio de todo lo precedente el sublime valor de los mandamientos prácticos. Porque constituyen el máximo propósito del descenso de las almas a este mundo físico, como está escrito: "Hoy [es el momento] para hacerlos". [Asimismo está escrito:] "Mejor una hora de arrepentimiento y buenas acciones en este mundo, que toda la vida del Mundo Venidero".
(En este punto los primeros editores de Igueret HaKodesh escribieron:) Hasta aquí hemos encontrado de su santa escritura.