(Sin embargo, fuera de la Tierra de Israel, la fuerza vital es [conferida] por medio de que [la "palabra de Di-s"] se inviste en ángeles de la guarda externos (sarím hajitzoním), designados sobre las setenta naciones. Es decir, una [mera] chispa de la "palabra de Di-s", llamada maljut de Asiá, desciende e irradia sobre los ángeles de la guarda supremos abarcándolos desde arriba, pero no se inviste realmente en ellos; más bien, la fuerza vital emana a ellos desde esta radiación que brilla sobre ellos desde arriba de una manera abarcadora. Y desde los ángeles de la guarda emana fuerza vital a las naciones, y a los animales, las bestias y las aves que están en sus tierras, y al mundo físico, y a los cielos físicos, o sea, las esferas (sólo que los cielos y la tierra, los animales, las bestias y aves que son puros son nutridos por kelipat noga, mientras que las [criaturas] impuras y las almas de las naciones lo son por las otras kelipot). Ahora bien, fuera de la Tierra de Israel, los cielos y la tierra y todo lo que contienen son considerados todos como verdaderamente nada en relación con los ángeles de la guarda que son [los conductos para] su fuerza vital y existencia continua. Los ángeles de la guarda mismos son considerados verdaderamente como nada en relación con la fuerza vital que emana a ellos desde la chispa de la "palabra de Di-s" que irradia sobre ellos desde arriba [trascendiéndolos]. E incluso así, la fuerza vital que emana a ellos de esta radiación está en un estado de exilio dentro de ellos. A ello se debe que sean llamados elohím ajeirím ("otros dioses"), mientras que ellos Lo llaman a El "Di-s de los dioses", pues se consideran a sí mismos como deidades. Por consiguiente, [en razón de su fuente,] las naciones que reciben su fuerza vital a través ellos, [sus ángeles de la guarda,] son realmente idólatras, [pero sólo] hasta el momento del "fin", cuando la muerte y la sitrá ajará serán tragados, [cuando, Di-s promete] "Entonces haré a las naciones [puras de habla] de modo que todas ellas invoquen el Nombre de Di-s". [Este sustento de los idólatras a través de la chispa Divina] también es llamado "el exilio de la Shejiná", pues esta fuerza vital, que está en un estado de exilio dentro de ellos, resulta de la radiación que emana a ellos de la chispa de la "palabra de Di-s", denominada Shejiná [en la terminología rabínica]. (Y este exilio deriva del pecado del Arbol del Conocimiento en adelante. Sin embargo, [reciben su vitalidad] sólo de la dimensión "posterior" de la santidad. Pero cuando el pueblo judío fue exiliado entre las naciones —y el pueblo judío está ligado y arraigado en el nivel de "Semblante Supremo"— éste se volvió un exilio total. Y sobre esto dijeron nuestros Sabios: "Cuando [los judíos] fueron exiliados a Edóm, los acompañó la Shejiná")).

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