Parte (b)

Mis queridos, mis hermanos, y mis amigos.

Debido a la inmensidad de mis perturbaciones que, "todas juntas me rodean" y "me circundan cual agua", "todo el día y toda la noche, nunca reposando", no podré descargar el peso de escribir todo lo que está en mi corazón. Brevemente, sin embargo, vengo como quien hace recordar y "repite temas anteriores" en general, en particular a "aquellos del pueblo que se brindan con buena voluntad [en plegaria]" [más allá de la medida usual]: que se yergan [firmes] en [su Divino] servicio, es decir, la plegaria, [y oren] en voz alta, fortaleciéndose vigorosamente, con toda su fuerza y poder, contra todo obstáculo interior o exterior, con "fuerte mano", tal cual. Este [servicio] se relaciona con "la voluntad de aquellos que Le temen", [la] que trasciende la sabiduría y el entendimiento con que Di-s los imbuyó para que sepan y hagan todo lo que El ordenó, con inteligencia y discernimiento. [Debe haber] apenas una simple voluntad y un espíritu de voluntaria dedicación en cada hombre cuyo corazón lo impulsa a servir "un servicio completo", [con la sola intención] de generar placer a su Hacedor. De éste [grado de voluntad suprarracional] fue dicho: "Pues éste es un pueblo de dura cerviz, Tú debes perdonar", pues el perdón, también, trasciende la sabiduría. Así [está escrito:] "Preguntaron a la Sabiduría [cuál debería ser el destino del alma que pecara]". Del mismo modo también nuestro Maestro Moshé —sea sobre él la paz— solicitó "medida por medida"; y esto basta al entendedor.

Además, pido sinceramente a mis excelsos oyentes que no hagan a un lado mis palabras, en las que he pedido que todo hombre sea recto y camine con integridad, tal como "Di-s hizo recto al hombre", y no busque "numerosos cálculos" respecto de "los pretextos de los pasos del hombre y los pensamientos y ardides de la persona". Pues ésa es tarea del Cielo y no trabajo [del ser] de carne y sangre. Más bien, todos deben creer con fe absoluta en la ordenanza de nuestros Sabios: "Sé de espíritu bajo ante cada hombre", sin excepción. Porque es una genuina afirmación y un proverbio correcto que cada hombre mejora gracias a su semejante.

Así, también está escrito: "Todos los hombres de Israel... asociados conjuntamente como un único hombre". Tal como un hombre está compuesto por muchos órganos, y cuando estos son separados ello afecta al corazón, pues de él emana la vida, en consecuencia, por medio de nuestro ser todos verdaderamente como un hombre, el servicio [a Di-s] en el corazón [o sea, la plegaria,] resultará firmemente establecido. Y de la afirmación [se puede inferir la negación]. A ello se debe que fuera dicho: "Para servirlo a El con un único propósito".

Por lo tanto, mis amados y queridos, ruego una y otra vez que cada uno de vosotros se esfuerce con todo su corazón y alma para implantar firmemente en su corazón el amor a su semejante judío y, en las palabras de las Escrituras: "Que ninguno de vosotros considere en su corazón lo que es malo para su semejante". Además, [semejante consideración] jamás debe suscitarse en el corazón [en primer lugar]; y si sí se suscita, que lo aparte de su corazón "como se aleja al humo", como si fuera realmente un pensamiento idólatra. Porque hablar mal [de otro] es tan grave como la idolatría, el incesto y el derramamiento de sangre. Y si así es con el habla [ciertamente pensar mal acerca de otro es todavía peor]; pues todos los de corazón sabio son conscientes de que el pensamiento tiene un mayor impacto [sobre el alma] que el habla, sea para bien o para mejor.

Que el buen Di-s, quien bendice a Su pueblo con la paz, imponga paz y vida sobre vosotros por siempre jamás, como es el deseo de quien os ama profundamente de corazón y alma.