En cambio, las almas de los ángeles que emergieron por el zivug neshikín (lit., "la unión del besar"), y también las almas del hombre que emergieron por la unión de zun de Atzilut antes de su descenso a Beriá, Ietzirá y Asiá—, no son incluidas en la substancialidad creada (iesh), como entidad distinta e independiente. Más bien, se asemejan a la categoría de Divinidad en intensa contracción, [al grado de estar en el nivel de una neshamá]. Son como los keilím de las diez sefirot de Atzilut que [pese a ser Divinidad] son de naturaleza finita en razón de la contracción de la [infinita] luz Ein Sof, esto es, el Kav investido en su néfesh ruájneshamá, al igual que el Primer Tzimtzúm [de la infinita luz Ein Sof, de tal intensidad] que pudo provocar un vacío, etc.

(E incluso después de que los néfeshrúaj neshamá de Atzilut descendieron a este mundo para los primeros tzadikím, es posible que su esencia no cambió como para tornarse entidades distintas de la Divinidad. Es por eso que se retiraron [de sus cuerpos] cuando quisieron pecar, antes de que pecaran. También es razonable asumir que los miles y decenas de miles de mundos que están en el Gulgalta de Aríj Anpín y Zeéir Anpín no son realmente mundos, como los heijalot de Atzilut, y una forma de iesh, sino como las almas de los ángeles que emergieron del zivug neshikín, y son llamados "mundos" en relación con el rango de Gulgalta y Dikná).

Ellos [—los ángeles y almas de Atzilut—] no son, sin embargo, Divinidad tal cual como para poder crear algo a partir de la nada (iesh meáin), porque ya emergieron y fueron separados de los keilím de las diez sefirot de Atzilut en los que está investido el Kav de la [infinita] luz Ein Sof. Pues la luz es como su fuente, la luminaria, el núcleo y esencia mismo del bendito Emanador, cuyo Ser es de Su Esencia: El no es, Di-s libre, traído a la existencia por alguna otra ilá ("causa") que Le preceda. Por eso, solamente en Su poder y habilidad está el crear algo (iesh) a partir de la nada (áin) y nulidad absoluta, sin que este iesh tenga ninguna otra causa y razón que le preceda.

A fin de que este iesh que es creado por el poder [infinito] del Ein Sof— tenga límite y medida, la [infinita] luz Ein Sof se invistió en los keilím de las diez sefirot de Atzilut y se une dentro de ellos tan absolutamente que "El [la luz Ein Sof] y Sus causalidades [los keilím de las sefirot] son uno", a fin de crear [El] con ellos, y por su intermedio, criaturas que tienen limitación y finitud, particularmente a través de su investidura [—la de los keilím de Atzilut—] en Beriá, Ietzirá y Asiá.