No obstante, diré la verdad a quienes me escuchan: "El amor trastorna el orden natural de la conducta" pues es una cobertura sobre los ojos que impide a la gente ver la verdad. A causa de su gran amor por la vida del cuerpo —[aunque este amor es experimentado, de hecho,] en aras del Cielo, para que con éste puedan servir a Di-s con destellos de fogoso fervor y ardiente llama, siendo este amor más grande que el amor de sus almas por Di-s— se enojan en extremo cuando su cuerpo padece sufrimiento —¡el Cielo no lo permita; quiera Di-s mostrar compasión!— Así, no pueden soportar[lo] en absoluto, al grado de hacerles perder el juicio, haciéndoles vagar de ciudad en ciudad para procurar consejo de lejos. [Quienes sólo buscan deshacerse de sus aflicciones físicas no siguen la senda apropiada de la Torá, pues con ello] no se vuelven a Di-s retornando a El con espíritu humilde y sumisión del cuerpo para aceptar Su amonestación con amor, "pues a quien Di-s ama [El castiga]".
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